¿Qué es una Fobia Simple?
La característica principal de las fobias específicas es el miedo intenso y persistente ante determinados objetos o situaciones. La exposición ante el estímulo fóbico provoca casi invariablemente respuestas inmediatas de ansiedad, cuya intensidad está relacionada con la proximidad o con la posibilidad de escapar. Aunque el sujeto reconoce que su miedo es excesivo o irrazonable (excepto en niños), el estímulo o la situación es activamente evitado siempre que sea posible. Es posible que el sujeto no deba enfrentarse en su vida cotidiana ante ese estímulo o situación (p.ej., miedo a volar en una persona que no debe realizar largos desplazamientos, o miedo a las serpientes en una persona que vive en un entorno urbano), en tal caso no se hace el diagnóstico de fobia específica, puesto que la evitación, miedo o anticipación ansiosa ante ese estímulo no interfiere significativamente con la actividad normal.
Existen cuatro tipos de fobias específicas en función del estímulo o situación fóbicos: animal, medioambiental (p.ej. tormentas), sangre (se incluyen también los procedimientos médicos invasivos como las inyecciones), y situacional (p.ej. transportes públicos, túneles, puentes, ascensores, vuelo, conducción, lugares cerrados). En un quinto grupo se incluyen otros tipos de estímulos o situaciones fóbicas no recogidas en los tipos anteriores (p.ej. situaciones en las que exista la posibilidad de contagiarse de una enfermedad). En muchos casos aparecen simultáneamente varios tipos de fobias, debiendo especificar en el diagnóstico todos los que se presenten.