¿Qué es el Trastorno Obsesivo Compulsivo?
La característica esencial del trastorno obsesivo-compulsivo es la presencia de compulsiones de carácter recurrente, lo suficientemente graves como para provocar pérdidas de tiempo significativas (p. ej. más de 1 hora al día) o un deterioro significativo de las actividades del sujeto. En algún momento del transcurso de este trastorno el individuo reconoce que estas obsesiones o compulsiones son exageradas o irracionales.
Las obsesiones son pensamientos, ideas, impulsos o imágenes de carácter persistente que el individuo considera intrusas e inapropiadas y que provocan ansiedad y malestar significativo.
Las obsesiones más frecuentes versan sobre temas como:
• La contaminación (p. ej. contraer una enfermedad al estrechar la mano a alguien).
• Dudas repetitivas (p. ej. preguntarse si ha cerrado la puerta con llave).
• Ordenar las cosas (p. ej. intenso malestar ante los objetos desordenados).
• Impulsos de carácter agresivo u horroroso (p. ej. herir a un niño o matar a alguien).
• Fantasías sexuales (p. ej. una imagen pornográfica recurrente).
El individuo que tiene obsesiones intenta con frecuencia ignorar o suprimir estos pensamientos o impulsos o bien neutralizarlos mediante otras ideas o actividades. Estas son las compulsiones (p. ej. revisar una y otra vez si el horno está apagado).
Las compulsiones se definen como comportamientos (p. ej. lavado de manos, puesta de orden de objetos, comprobaciones) o actos mentales (p. ej. rezar, contar o repetir palabras en silencio), cuyo propósito es prevenir o aliviar la ansiedad o el malestar. Por ejemplo, los individuos que están obsesionados con la posibilidad de contraer una enfermedad puede aliviar este malestar lavándose las manos una y otra vez, los individuos obsesionados con pensamientos blasfemos no deseados pueden verse aliviados contando de 1 a 10 y del 10 a 1 cien veces por cada uno de estos pensamientos.