Autoestima niños
¿Qué es la autoestima?
Existen muchas definiciones de autoestima. En terminos generales, podemos decir que la autoestima en los niños es la valoración que tienen de sí mismos.
Es en la infancia cuando se construyen los cimientos sobre los que se asienta la autoestima. Un niño de 5 años dispone ya de datos suficientes como para formarse una idea sobre quién es. Esos datos provienen, fundamentalmente, de lo que los demás le dicen cuando se relacionan con él, especialmente sus padres, como las personas más significativas para el niño.
Los niños con buena autoestima son capaces de aceptarse con sus aciertos y errores, valorarse y tener iniciativa, superarse a pesar de los fracasos. En definitiva, es capaz de quererse. En contrapartida, los niños con baja autoestima creen que no están a la altura de lo esperado y tendrán una imagen negativa de ellos mismos.
Beneficios de una sana autoestima en los niños
Los niños con una sana autoestima saben que ellos son los responsables de sus actos, y no atribuyen sus éxitos y fracasos a la suerte, sino a factores que dependen de ellos y que pueden cambiar. Los principales beneficios de una sana autoestima en los niños son los siguientes:
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Ser conscientes de sus logros y así fomentar una actitud basada en el “yo puedo”.
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Aprender a creer en ellos mismos.
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Desarrollar un diálogo interno positivo.
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Ver el lado bueno de las cosas.
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Identificar sus cualidades positivas y áreas de excelencia.
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Aumentar la confianza en ellos mismos ayudándoles a reconocer sus cualidades especiales.
En definitiva, los niños con una sana autoestima son aquellos que cuentan con unas habilidades sociales adecuadas para poder afrontar con éxito distintas situaciones, tienen un alto nivel de autocontrol de sus impulsos y un optimismo que les ayuda a ver el lado medio lleno de la botella y que les aleja de los estados de ánimo depresivos en su vida adulta.
Cómo mejorar la autoestima de los niños
La autoestima no se puede cambiar directamente. Nuestra experiencia en consulta nos indica claramente que no por decirle a un niño o adolescente que deje de pensar de forma negativa sobre sí mismo va a dejar de hacerlo inmediatamente. Para lograr cambios en este sentido, el abordaje terapéutico ha de ser indirecto, a través de la combinación de diferentes estrategias: en algunos casos se tratará de cambiar el comportamiento del niño, en otras de recompensar más explícitamente sus logros o de minimizar sus fracasos, desarrollar habilidades sociales…
Que los niños desarrollen una sana autoestima implica también que aprendan a aceptarse tal y como son, que reconozcan sus limitaciones para, desde ahí, intentar mejorarlas.